...
¿Haz experimentado la soledad? Yo sí, una vez, y no quiero que se vuelva a repetir.
Es una huella horrible en mi alma.
Al momento de quedarme solo fue como me hubiera liberado de todas mis ataduras, fue una libertad sin igual.
Pero así como inmensa fue mi alegría fue profunda mi tristeza…
El peso de la soledad no se lleva en la espalda, sino en el corazón.
Es un peso vacío que se estanca en lo más profundo de tu ser y hace todos tus momentos llanos, vacíos, sin un sentir alguno.
Mis lagrimas caen y golpean el papel.
No quiero que vengas y me reclames si no conoces mi sentir, no conoces mis heridas ni mis cicatrices.
No conoces mi sufrir.
No estés esperando que rinda igual, que actúe igual, que mi comportamiento, mi actitud sean los de siempre, cuando tengo un dolor en el alma que no me permite avanzar.
No sé que esperas que haga, ¿qué sea igual o mejor que tú o los demás? A la mierda. Yo soy yo. Yo y mis heridas, yo y mis pesares, yo y mis cicatrices, yo y mis lunares.
Dices conocerme, pero ¿qué sabes en realidad de mi y mis demonios?
Mi eterno sufrir por el hecho de que quieren que sea igual que ellos, que haga lo mismo que ellos.
No quieren entenderlo, entiendan de una puta vez que no puedo.
No puedo y no quiero.
Maldita Babilonia que me encierra en una tumba de concreto y de asfalto, cubierto por la ciudad y sus estúpidos ciudadanos.
Me resisto, me niego a ser parte de Babilonia. Pero me ganan mis malditos sentimientos. La alegría de estar vivo; y la soledad, mi maldición y mi tormento.
Es una huella horrible en mi alma.
Al momento de quedarme solo fue como me hubiera liberado de todas mis ataduras, fue una libertad sin igual.
Pero así como inmensa fue mi alegría fue profunda mi tristeza…
El peso de la soledad no se lleva en la espalda, sino en el corazón.
Es un peso vacío que se estanca en lo más profundo de tu ser y hace todos tus momentos llanos, vacíos, sin un sentir alguno.
Mis lagrimas caen y golpean el papel.
No quiero que vengas y me reclames si no conoces mi sentir, no conoces mis heridas ni mis cicatrices.
No conoces mi sufrir.
No estés esperando que rinda igual, que actúe igual, que mi comportamiento, mi actitud sean los de siempre, cuando tengo un dolor en el alma que no me permite avanzar.
No sé que esperas que haga, ¿qué sea igual o mejor que tú o los demás? A la mierda. Yo soy yo. Yo y mis heridas, yo y mis pesares, yo y mis cicatrices, yo y mis lunares.
Dices conocerme, pero ¿qué sabes en realidad de mi y mis demonios?
Mi eterno sufrir por el hecho de que quieren que sea igual que ellos, que haga lo mismo que ellos.
No quieren entenderlo, entiendan de una puta vez que no puedo.
No puedo y no quiero.
Maldita Babilonia que me encierra en una tumba de concreto y de asfalto, cubierto por la ciudad y sus estúpidos ciudadanos.
Me resisto, me niego a ser parte de Babilonia. Pero me ganan mis malditos sentimientos. La alegría de estar vivo; y la soledad, mi maldición y mi tormento.

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